La felicidad no entiende de poesía:
no he leido un poema feliz que no fuera forzado.
Hablar del amor no es hablar de felicidad, por mucho que nos quieran engañar y hacernos creer que dependemos de otros para serlo.
Palabra que se utiliza para denominar las acotaciones de una obra de teatro o las instrucciones dadas por el autor o por el director a los intérpretes.
La felicidad no entiende de poesía:
no he leido un poema feliz que no fuera forzado.
Hablar del amor no es hablar de felicidad, por mucho que nos quieran engañar y hacernos creer que dependemos de otros para serlo.
Me abrazará cuando las pesadillas roben mis noches.
Iremos a pasear por la playa y nos perseguiremos entre olas y atardeceres, muriendo de risa y ganas.
Querré perderme en sus ojos cada mirada y no desear encontrarme.
Romperá mis esquemas, todas las reglas y las muchas dudas que quedaron clavadas en mi corazón.
Imaginar futuro no será complicado.
Y no tendré miedo.