Esto es un juego de miradas,
bocas sedientas que gritan pidiendo más.
Nunca hay que conformarse
con menos de lo que siempre deseas.
La victoria sabe mejor en compañía,
para esos momentos insoportables
(al fin y al cabo) nadie entiende a los locos.
Jamás pensé que acabaría así,
tan simple como eso
que nunca decimos:
todo aquello que callaron nuestros labios.