Hay un sonido encerrado en mi garganta desde hace años.
Lo forman cientos de palabras que quieren escapar de mi cuerpo: ideas, emociones, sentimientos, alguna que otra decepción, rabia y deseos que necesitan tomar forma.
Me encantaría que esas palabras se convirtieran en grito y sonaran hasta hacer callar a mis pensamientos, hasta que se desvanezcan los golpes. Que después sólo quedara silencio: vaciarme. Que me escuchen.
Sobre todo me gustaría que me escuchen. Gritar por la libertad.
Hay un grito encerrado en mi garganta que quiere salir, porque nací sin voz y el mundo hace mucho tiempo que ha dejado de escuchar(me).
Ese grito hoy va a ser escuchado porque todo cambia empezando con un ejemplo, y yo he decidido coger aire y empezar a gritar.