- 29 -

Aún recuerdo tus pecas,
como granos de arena de esa playa
en la que juramos no rendirnos.

Parecía todo perfecto.

Tú me contaste tus heridas
para que escocieran entre mis manos,
y yo traté de cerrarlas.
Trazamos rutas imposibles
entre los lunares de nuestras espaldas,
y quisimos desaparecer para siempre del mundo...
para siempre del tiempo.

Recuerdo que te dije
que para que las tristezas no dolieran tanto
era mejor encerrarlas en un papel,
meterlo en una botella
y arrojarlas al mar.

Y sé que tú, desde entonces,
cada vez que sientes que te ahogas
bajas a esa misma playa y llenas las olas de botellas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario