Quiero que vuelvas
a derretir inviernos sobre mi piel
cuando la temperatura suba
y temblemos al mirarnos.
Vuelve,
para soplarme sueños detrás de la oreja
cada madrugada
y beber esa cerveza que nunca nos prometimos.
Quizás también quieras volver
para probar los besos de debajo de la mesa,
dulces por la miel del desayuno.
O puede que quieras perderte en esa carretera
en la que deseé volver,
pero contigo.
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